Vidas dedicadas a ella y vidas perdidas por ella, nos ha dado tanto, le debemos tanto... sería impensable vivir sin ella, sería imposible vivir sin cumplir el sueño de subir a lo más alto, gritar, llorar, ver ante tus ojos todo, si, todo, te crees dios, ese dios interior que te pide mas y mas, quiere subir más alto, quiere llegar a tocar el cielo, quiere llegar a ser una parte minúscula del universo pero que por pequeña que sea es capaz de sentirse dios, que paradójico ¿No?. Todo en ella es paradójico, todo en ella es un sueño, todo en ella es extraño, quizá será por lo cerca que esta del cielo..., la biblia nunca ha descrito el cielo, ¿será así? Lo dudo, para mí, mi único cielo es el de mis montañas, es más, creo que todos que disfrutamos de ella, la montaña, nos merecemos el cielo, pero nuestro propio cielo, un cielo hecho con nuestros sueños, un cielo hecho a medida para nosotros, un cielo compartido con ella...
He hablado todo el rato en femenino, considero que la montaña es como el género femenino, ellas nos han dado la vida, en la montaña pasa lo mismo, ella nos da la vida, yo nací por ella y moriré por ella.
Pablo valdres.